Civitas Dei, un nombre en latín que significa “ciudad de Dios”, es el de la banda liderada por Mariano Riccio que se presentará hoy a las 21.30 en Nonino (Suipacha 1.127). El grupo se completa con Julio Zavalía en bajo, José Arcuri en flauta, Manolo Alonso en percusión y Negro Burgo en batería (en reemplazo de Javier Podazza, miembro del grupo). Eric Aguirre y Augusto Morón, ex integrantes de Civitas, estarán como invitados especiales.
El recital forma parte del ciclo Décimo Noviembre de la Música, que se extenderá hasta el domingo y programó, también para hoy, un recital de Leo Deza y los Gusanos de Seda, en El Círculo de la Prensa (ver “Leo Deza...”).
La banda Civitas Dei hace música experimental fusionando diferentes ritmos. “Siempre el rock ha estado de fondo y en esa mixtura han entrado el folclore, la música latinoamericana y también algunos conceptos como el jazz y otros ritmos -explicó Riccio-. Cuando me pregunta qué música hacemos, contesto que es algo medio ‘de-generado’, en el sentido de que no hay un género que lleva el hilo conductor. Hacemos cumbia pero también chacarera y reggae. El hilo conductor puede estar en la mirada crítica social, más que en el estilo de música. Abordamos temáticas tristísimas desde el humor y la ironía”.
Respecto del nombre del grupo, el cantante y guitarrista señaló que tiene una lectura relacionada con la obra de San Agustín. “Genera ese concepto de pensar en un mundo ideal, un lugar a llegar. Es una cuestión conceptual, no tiene que ver con la iglesia católica”, aclaró.
Como ejemplo de la temática, una de las canciones de Riccio editadas recientemente se titula “Mocase” (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) y dice en uno de sus versos: “...en Santiago nunca para el machete en los algarrobos/ para leña o para tabla tiran árboles por poco,/ llora el cielo la matanza”.
- Otro tema que aparece es el imperialismo estadounidense, por ejemplo en la canción “Chico vaca” (cowboy).
- Sí. Los dos discos que tenemos grabados empiezan con esa canción, obviamente con versiones muy distintas. Es un tema creado en 1997 pero todavía tiene una tremenda vigencia. Eso pasa con muchas letras, que ya tienen más de 20 años pero siguen siendo actuales.
- También aparecen frases de Atahualpa Yupanqui, como “uno oficia de trueno y es pa’ otros la llovida”.
- Sí. Citamos frases de Yupanqui y también de Jorge Cafrune, de Argentino Luna, José Larralde... Ese concepto de jugar con el mensaje y con la ironía en las canciones viene desde Frank Zappa y después los Talking Heads. En Argentina lo han seguido los Mano Negra y un montón de bandas, como la Bersuit y otras. Nosotros tomamos esa bandera, pero trayéndola a un nivel local para hablar de lo que pasa acá en Tucumán. Hablamos de cuestiones de ecología, de diferencias sociales, de la bota de Estados Unidos sobre toda Latinoamérica. Tenemos una mirada política. También hablamos del amor, pero no tanto.
- ¿Todos los temas son de tu autoría?
- Sí. Por la banda han pasado más de 40 músicos y yo he mantenido el proyecto. Al primer disco, “Ciudacita de Dios”, lo grabamos en 2005. Antes hicimos una gira por Bolivia, en 2003, que fue una gran experiencia. Y recién en 2016 pudimos sacar el segundo disco, que se llama “Soy sauce”, que tiene una doble lectura, porque en inglés significa “salsa de soja”. Este año publicamos un EP cortito con algunas canciones, que se llama “Tres + 1 + allá” (está disponible en YouTube). Me gustaría mencionar que uno de los artistas más recordados que pasó por el grupo fue Walter Almita Villafañe, que falleció hace 10 años y que fue una persona muy influyente en la música local.